PREÁMBULO
Orlando no podía olvidar todo lo que le había ocurrido durante los últimos meses. ¿Cómo era posible borrar de su memoria que había nacido con ojos de dragón, que sus padres se habían deshecho de él apenas nacer y le habían enviado a un orfanato donde había sufrido su infancia trabajando a cambio de techo y comida?
Recordaba con emoción el día de su huida del orfanato en el que había pasado toda su vida. De esta manera se había librado de los abusos del maestre Gorman. Donario, su amigo y casi hermano, le había acompañado durante buena parte del viaje.
Durante su fuga conocieron a Crúñiga, una hechicera que le había advertido que se estaba convirtiendo en un dragón y que más le valía encontrar la forma de evitar que la maldición se llevara a cabo.
En su desesperada búsqueda, en un momento de riesgo, apareció un caballero que se convirtió en su protector, que le enseñó muchas cosas sobre la caballería y sus códigos. Juntos, vivieron aventuras peligrosas Cuando Johanus y él se separaron, Orlando lloró de pena.
Orlando vivió el viaje como un verdadero calvario en el que había tenido que luchar por su vida. El rey Avérnico había intentado acabar con él. Fue encarcelado y maltratado y sufrió mucho para ayudar a sus dos amigos, Aixana y Delfín, los hijos del malherido conde Gilroy de Cormandie, a los que consiguió llevar sanos y salvos al castillo de la familia.
Allí conoció al noble rey Tágnarik, padre de Katania, que iba a convertirse en su compañera de aventuras.
La muerte de Tágnarik a manos de Avérnico fue uno de los hechos más dolorosos a los que se había enfrentado.
Katania le había acompañado hasta Tritania, un lugar en el que anidaban las mentiras, la esclavitud y toda clase de traiciones. En esa horrible ciudad se había encontrado de nuevo con Donario, que se portóde una manera infame con él.
Lo mejor es que había conocido a Halcón, el monje que había dibujado una tablilla que le podía dar alguna pista sobre el paradero de sus padres, los reyes Delatour.
Katania y él rescataron a un niño huérfano llamado Angius y se jugaron la vida por liberarle, pero no sabían que ese chico era el mayor traidor que nunca habían conocido. Sufrieron un gran desengaño del que nunca se recuperaron.
Apelando a un antiguo trato que había hecho con el rey Tágnarik, Avérnico intentó casarse con Katania, pero el furor del dragón que Orlando llevaba dentro salió en su defensa y los planes del malvado rey se frustaron.
Con el dolor de la traición perpetrada por Angius, siguieron su camino hasta que lograron entrar en la Biblioteca Negra, donde hallaron respuestas interesantes que le dieron esperanzas. Y un medallón con poderes extraordinarios.
Después de la visita a la Biblioteca Negra, Orlando recapituló sobre todo lo que le había ocurrido y su corazón se llenó de esperanza cuando se dio cuenta de que, hasta ahora, no había tenido tanto a su favor: el medallón, que detenía el tiempo, le daba una tregua sobre su transformación; la compañía de Katania, Halcón y Johanus…, y la posibilidad de encontrar el lugar donde se gestó su desgracia. “La clave está en el principio de todo”, le había dicho el Guardián de la Biblioteca Negra…. Pero, ¿dónde estaba el principio de todo?