LAS CLAVES DEL ÉXITODE EL EJÉRCITO NEGRO
Dice la historia del filósofo griego Sócrates que al llegar a las puertas del Oráculo de Delfos vio una inscripción cincelada en el arco de la entrada al templo. La cita rezaba “gnosti te autvn”. Al parecer no existía una traducción exacta a la frase, pero Sócrates pasó a la historia traduciéndola como “Conócete a ti mismo” y haciendo de esa frase el origen y punto de partida hacia el auténtico conocimiento.
La historia de Arturo Adragón, en sus tres volúmenes, es el recorrido completo de su protagonista hasta conseguir descubrirse a sí mismo. E igualmente ocurre con todo el inmenso reparto de personajes que rodean al joven Arturo en su aventura. Y este es uno de los puntos fuertes de esta obra. La comunidad coral que rodea al protagonista está bien definida, cada personaje tiene profundidad y razón de ser. Cada uno tiene su propio pasado y aporta a la novela completa cohesión y credibilidad. Me hace pensar en “El Señor de los Anillos” y en “Harry Potter” que también cuentan con un enorme elenco de personajes que sin ellos no podría contarse la historia.
No se puede evitar el querer encontrar parecidos con otras historias o con otras obras. Cierto es que se podrán encontrar paralelismos con el mito de Morfeo, con el retorno de Ulises a su amada Ítaca, la creación de un reino de justicio artúrico como Camelot, la lucha por la fundación de la propia patria digna de Eneas, tragedia shakesperiana inspirada en Hamlet… pero también es cierto que sólo está ahí para el que quiera buscarlo y quiera relacionarlo, ya que una de las claves de esta historia es que es impredecible e innova con respecto a todas similitudes con las que se pueda relacionar.
El ritmo de la historia es otra de las cosas que no pueden dejarse escapar. Se consigue contar dos historias entrelazadas, pero que al mismo tiempo no carecen de independencia, sin llegar a estorbarse mutuamente. Como las hélices de una cadena de ADN se entrelazan en orden y harmonía. Animo a leer cada historia por separado, y se verá que siguen funcionando perfectamente.
Algo que me llamó mucho la atención a la hora de leer la novela fue el tratamiento adulto de los personajes. Si bien choca a primera vista su inusual forma de hablar, que recuerda a las historias del Capitán Trueno y del Guerrero del Antifaz, los personajes infantiles son reflejados con una responsabilidad y una madurez ejemplar. Los niños son tratados como personas pensantes cuyo mundo interior va más allá del tópico ridículo en el que se puede ver a personajes similares en otras obras. A lo largo de la historia, a medida que Arturo se va conociendo a sí mismo, el lector va caminando de su mano en dirección a su madurez. Y esto es lo que de verdad engancha. Al igual que le ocurre a Superman, no son sus poderes lo que le hacen atractivo, sino su humanidad y sus relaciones lo que enganchan a los espectadores.
Otro factor importante es la intriga. Mientras los villanos están perfectamente definidos en la época medieval, el tiempo de la actualidad donde el Arturo estudiante se desenvuelve está inmerso en una oscuridad donde se intuyen las malas artes de algunos, pero se esconden perfectamente las intenciones y las identidades de otros. Investigación, intriga, aventuras detectivescas que nos hacen recordar a las aventuras de Los Cinco o de P.A.C.T.O. Secreto.
Pero sin lugar a dudas, lo que más hay que destacar en El Ejército Negro es la visualidad. Desde el mismo comienzo de la historia en las primeras páginas es extremadamente sencillo poder imaginarse las acciones como si de una película cinematográfica se tratase. Esto facilita la lectura de los más jóvenes y les anima a continuar sin el esfuerzo de la conceptualización de prosas más complejas. La influencia del medio audiovisual es perfectamente detectable a lo largo de todos los libros y en todas las escenas.
Pero ¿qué ha hecho que El Ejército Negro tenga éxito?
En mi opinión no pienso que existan fórmulas mágicas para el éxito. Hay grandes vendedores, auténticos expertos en mercadotecnia, directores que saben guiar tramas para que todo encaje como un puzzle… pero eso solo te asegura una buena manufactura. Hace falta que el autor escriba con el corazón sus historias para que la magia de sus relatos hagan fluir parte de su alma a sus personajes y de estos al lector. Solo en estos casos es cuando recordamos su historia a través de los años. Y nos vemos ya mayores echando la vista atrás reviviendo los sentimientos alegres que nos hicieron experimentar.
Los cocineros dicen que el secreto de la buena cocina es “hacerla con amor”.
Y, sin lugar a dudas, “El Ejército Negro” es un libro escrito con el corazón.
DANIEL ORTIZ AMÉZAGA